
Amanece, que no es poco. Somos solo 5 soldados, todos con sus armaduras, todos con sus huevos espartanos. Y un lider que clama a los cuatro viento que podemos. Y nos lo creemos.
Entonces aparece el sexto, yelmo en mano. Ivanus baja la cabeza... "tocará a menos si somos uno más". Manus le dice "si somos uno más durarán menos".
Y empieza el combate. Choque de cuerpos, aun frios, aun conociendose. Ñoñus Cánovus ya ha avisado frente a la hoguera, durante el último desayuno: que los conocía, que eran buenos guerreros. Juanma Nuelins dice que lo único importante es que desayunemos bien, que esta noche cenaremos en el infierno. Pero el infierno es ahora.
Varias veces estan a punto de acabar con nosotros. Es Joshus el que lo evita una y otra y otra vez. Y antes de la tregua de 10 minutos nos han dado solo una vez. Y ahi es cuando nos lo creemos, que podemos... que debemos intertarlo. No importa que nos den una segunda vez, ni que Mikel Angelus lance fuera la jabalina desde los 11 metros. Seguimos hasta que Aikenus les da, les da fuerte y volvemos a creer. Ellos no son espartanos, pero si que consiguen la última cuchillada, la que les calma, y ya no se puede hacer nada.
El campo esteril con cuervos negros acechando. Pulmones ardiendo y flatos destrozados. No hay piedad. Hemos venido a sufrir, y sufriendo luchamos y al final, solo al final, sonreimos. Estamos muertos, pero contentos.
